5. La gestión del profesorado


La gestión del profesorado, un gran reto

¿Cómo se puede mejorar? Primero se ha de saber dónde se concentran los problemas para el aprendizaje de todo el alumnado. En segundo lugar, establecer el perfil del profesorado afectado. En tercer lugar, actuar. Estos últimos pasos requieren conocimientos y habilidades directivas para la gestión de las personas. 

La gestión del profesorado es seguramente el reto más difícil al que se enfrenta el liderazgo pedagógico por su complejidad y porque determina las posibilidades reales de aplicar un proyecto educativo y conseguir el éxito educativo de todo el alumnado. Hay múltiples evidencias que establecen que la calidad del profesorado es la variable más importante en los aprendizajes del alumnado. El profesorado, como cualquier otro grupo humano, responde a una distribución normal, una curva de Gauss, y, por lo tanto, en mayor o menor medida se pueden encontrar todos los perfiles siendo menos frecuentes los extremos.

La imagen siguiente establece cuatro agrupaciones en función de si un profesor sabe o no, y si quiere o no. Reunir al profesorado en las cuatro categorías nos ofrece una foto inicial sobre la que establecer estrategias para conseguir alianzas para compartir y aplicar un proyecto educativo. 


Nivel de madurez. Fuente: Dextra consultores (Todos los derechos reservados)

El profesorado del grupo M4 (sabe y quiere) es el que más valor puede aportar a los aprendizajes del alumnado, se ha de cuidar dándole responsabilidades, autonomía y apoyo. Al del M2 (no sabe pero quiere) se le ha de formar, acompañar y ayudar. Los categorizados como M1 y M3 son más difíciles al mantener una actitud de no querer, en estos casos vale la pena profundizar y averiguar las razones que les han llevado a ese escenario.

La matriz de fidelización -agrupación complementaria a la anterior- nos puede ayudar a establecer una estrategia. La matriz considera dos variables: el sentido de pertenencia al centro de educación / organización y la satisfacción obtenida en el trabajo. 


 Matriz de fidelización: pertenencia y satisfacción. Fuente: Dextra consultores (Todos los derechos reservados)

Supongamos que agrupamos a los M1 y M3 en las cuatro categorías de la figura anterior. La posibilidad de que sea apóstol y no quiera ayudar es prácticamente nula. Si es rehén tiene sentido de pertenencia a la escuela -se considera parte- es una oportunidad para que quiera colaborar. Hemos de ver cuál o cuáles son las razones que le producen insatisfacción y qué le puede interesar que ayude al desarrollo del proyecto educativo. Si el perfil es mercenario hemos de pensar cómo se le puede "comprar", qué compensación que no sea un agravio comparativo para el resto del profesorado se le puede ofrecer. En este sentido, hemos de averiguar qué valora. En los dos casos se ha de comentar la preocupación con la persona interesada e intentar establecer un acuerdo de corresponsabilidad en que cada una de las partes se compromete a algo y establecer un calendario de seguimiento. En todos los casos -excepto el terrorista- hay posibilidades de mejora significativa y se dispone de diferentes alternativas de acción:



Bases de poder. Fuente: Dextra consultores (Todos los derechos reservados)

En el caso del terrorista el primer paso es neutralizarlo para que no impida el normal funcionamiento del centro educativo utilizando el poder legítimo y coercitivo con profesionalidad y rigor. El segundo paso, una vez conseguido el primero, es decidir si vale la pena dedicarle más tiempo porque se intuye que hay alguna posibilidad de implicación en el proyecto educativo, en caso contrario, se ha de renunciar porque es tiempo perdido y hay cuestiones más importantes y efectivas para conseguir el éxito educativo de todo el alumnado. 

Los comentarios anteriores responden a una estrategia general y aparentemente simple que no tiene por qué ser aplicable a todos los casos. Cada caso es diferente y no se puede generalizar, por lo tanto, se han de establecer estrategias singulares y dedicar tiempo porque el profesorado es la variable más importante para el éxito educativo de todo el alumnado. Siempre partiendo del respeto y la estima, compartiendo el problema y las soluciones, persuadiendo y apoyando aunque no siempre sea fácil de aplicar. Requiere tiempo y paciencia. En el proceso es muy importante hacer el esfuerzo de diferenciar la parte profesional y la emocional.

Fuente de las diapositivas: Conferencia de Félix Mayo "Habilidades directivas para liderar y gestionar el cambio". Valencia 12 de julio 2017. Curso INTEF/UIMP Liderazgo escolar para el éxito educativo de todo el alumnado 2017/18.

Para saber más

Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0