1. Introducción

Los mapas conceptuales son instrumentos muy útiles para mostrar de forma esquemática los conceptos más importantes de una unidad. Se pueden utilizar en cualquier etapa educativa. Destacan las siguientes utilidades didácticas:

  • Ya que aprender implica participar activamente en las prácticas de las comunidades sociales y construir identidades en relación con estas comunidades (Wenger 2001, p. 22). Según Marquès (2011), se puede de esta manera potenciar la co-construcción de conocimientos y desarrollar una interdependencia tal entre los participantes que trabajarán en equipo para resolver problemas y producir de manera conjunta, pero además cada uno se interesará por el aprendizaje del otro.

  • Elaborar mapas conceptuales “completos” para la explicación de temas de clase o como síntesis final para resumir todo lo que se ha estudiado en clase. El docente, en este caso, guiará a los estudiantes a la hora de decidir entre todos qué apartados deberán incluirse en el mapa.

  • Diseñar esquemas incompletos para posteriormente utilizarlos como actividad para completar en clase.
  • Explicar de forma sencilla las ideas complejas.
  • Realizar trabajos en equipo, esquemas de varias unidades del temario, diferentes clasificaciones de conceptos.

  • Desde la perspectiva de Gutiérrez Esteban y otros (2011), esta herramienta permitirá “aprender a buscar información, comunicarse, colaborar y participar” (p.180).

Por ello, los mapas conceptuales y los mapas son un instrumento muy adecuado para la educación universal, ya que permiten ordenar y recordar ideas de una forma lógica y visual. Normalmente, estos esquemas parten de una idea central o principal y, a partir de ella, se van ramificando ideas secundarias. La estructura suele ser similar a la de un árbol de cuyo tronco (o a veces nudo central) parten las ramas más gruesas (ideas más importantes) y, de éstas, otras ramas menores (ideas secundarias) y así sucesivamente.

esquema mapa mental

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