En relación con la infraestructura tecnológica, es absolutamente necesario que la organización educativa sea capaz de alinear su misión y su visión con un plan estratégico y de implementación específicos. Para ello es importante que este plan sea tan consistente como flexible porque, como afirma Antonio Rodríguez de las Heras (2015), “el futuro menos probable es aquel en que nada cambia".
Por esta razón, el Marco Europeo para Organizaciones Educativas Digitalmente Competentes, #DigCompOrg, incluye dos subelementos relacionados con la infraestructura:
El primero de ellos se desarrolla en dos descriptores:
El segundo, a su vez, se concreta en los siguientes descriptores:
Con estos subelementos y descriptores, se proporciona una imagen de institución educativa que tiene el control de su propia infraestructura y es, por tanto, capaz de ajustarla al modelo de enseñanza y aprendizaje. Además, se dibuja una institución preocupada por el desarrollo integral de todos los miembros de la comunidad educativa y por que estos puedan desarrollar su tarea con todas las garantías posibles de confidencialidad y seguridad. En definitiva, la tecnología no es una simple expansión de la institución educativa: la tecnología es la propia institución.