3. Claves del aprendizaje organizativo

Dice el profesor Antonio Bolívar en “Los centros educativos como organizaciones que aprenden: Promesa y realidades” (2002. Madrid: La Muralla), que entender la escuela como una organización que aprende supone que esta construye nuevo conocimiento como resultado, fundamentalmente, de cuatro procesos:

  1. Aprender de la experiencia acumulada, mediante adaptaciones progresivas de nuevas ideas o propuestas.
  2. Aprender de los proyectos puestos en marcha.
  3. Aprender a partir de la reflexión compartida por sus miembros.
  4. Aprender de las relaciones de la organización con otros agentes.

Unos procesos generan aprendizajes, garantizando una cierta estabilidad en la organización, como consecuencia de su cultura organizativa y de su historia colectiva de modos de actuar. Otros posibilitan su regeneración, aprendiendo a través de la puesta en práctica de nuevos proyectos. Pero todos son indispensables para entender cómo aprende una organización, en particular, las organizaciones escolares.

Podríamos resumir entonces diciendo que el aprendizaje de un centro escolar puede activarse de dos formas:

  • Mediante la difusión de ideas y prácticas que den lugar a competencias nuevas.
  • Por la explotación de las ya existentes, es decir, gestionando la experiencia acumulada.

Expertos en innovación educativa, como el profesor Antonio Bolívar, proponen los siguientes principios comunes en los enfoques actuales sobre cambio educativo:

  • El centro educativo es la unidad del cambio, es decir, la clave de la mejora debe ser diseñada e implementada a nivel de centro y no de aula.
  • El cambio debe ser entendido por la organización como un proceso de aprendizaje.
  • El foco del cambio son las condiciones internas del centro educativo, para lo cual es necesario rediseñar los roles y estructuras organizativas del centro para posibilitar el cambio en la cultura del mismo.
  • La mejora es el resultado de la acción de la propia organización, generándose en el proceso competencias y capacidades propias.
  • El cambio debe tener un enfoque sistémico, es decir, que hay que ver este como un proceso continuo que tiene en cuenta los diversos niveles del sistema educativo e incorpora distintas estrategias de innovación.
  • El objetivo del cambio es la institucionalización del mismo.
  • El desarrollo profesional del profesorado debe estar integrado en su contexto de trabajo.
  • Cumplir las metas educativas con mayor eficiencia, dado que la misión última de la escuela es la mejora del aprendizaje del alumnado.